El Costo Oculto de los Recortes

La Ilusión de Belleza

Observé cómo la Casa Blanca presentó el “Gran Proyecto Hermoso” como un coche de lujo cubierto en terciopelo—pulido para la estética, no para la política. No buscaba reducir déficits; buscaba esconderlos. Trump vistió los recortes fiscales como alivio histórico, pero eran temporales, parchados en suposiciones a largo plazo como un arrendamiento que vence a medianoche. Nadie habla abiertamente de esto.

El Veto Silencioso del Senado

En la cámara, los senadores republicanos no votaron por creer en impuestos bajos—votaron porque se negaban a pagar por la expansión del Medicaid. Josh Hawley no opuso esto por malicia; lo hizo porque sus constituyentes son diabéticos, hambrientos y aterrorizados por perder vales de alimentos. La matemática es brutal: $200 mil millones en recortes disfrazados como restricción fiscal.

Los Datos No Mienten, Pero los Políticos Sí

Revisé las cifras dos veces. En papel, los recortes fiscales se pagan a sí mismos—in teoría. ¿En realidad? Se pagan con recortes al Medicaid, ayuda nutricional e incluso ventas de tierras públicas—todo envuelto en retórica libertaria. Cuando cortas $200 mil millones de salud para financiar impuestos al 1%, no creces—creas desigualdad.

Un Pronóstico Melancólico

Esto no es teatro político; es poesía actuarial escrita en sangre y hojas de cálculo. Mis colegas en Deep TechFlow lo llaman “un desastre político”. Y tienen razón. Rastreamos tokenómica con más rigor que las promesas electorales—porque los libros blockchain no mienten.

¿Cuál Es Tu Regla No Escrita?

Si crees que la austeridad es moral—y que los mercados olvidan nada—pregúntate: ¿Quién tiene la llave cuando se cierra el vault? No el Congreso. Ni siquiera Trump. ¿Quién paga cuando vencen las facturas?